Ya que Sabemos - Un Cantico Nuevo en el Desierto

 YA QUE SABEMOS

Compuesto y publicado por Jean-Louis Mondon

Ya que sabemos que nuestro Dios es un fuego consumidor,
Que Su Palabra es como un martillo y una llama,
Aceptamos el quebrantamiento y el fuego de la aflicción de su mano,
No resistamos a la obra de purificación del Espíritu Santo.
El desea que saquemos los ídolos de nuestro corazón,
Para exaltarle a Él en el trono interior de nuestro ser.

¿Ya que sabemos que Él mandó Su profeta Ezequiel,
Que infundió la vida dentro de los huesos secos,
Dudaremos que pueda reunir
Los que ha dispersado?

¿Ya que sabemos que Él no nos habla sólo individualmente,
Pero también como a Su cuerpo entero,
Dudaremos que Él nos ha reunido en este tiempo,
Para adorarlo en espíritu y en verdad,
Y servirle con alegría?

¿Ya que sabemos que Él ve y oye nuestra pena y aflicción,
Y que vive en la alabanza de su pueblo,
Mientras que nos reunimos en Su nombre,
Permitiendo que Su Espíritu nos purifique,
Cuando nos entregamos y nos rendimos,
Mediante la alabanza y adoración hacia su majestad,
No nos enviará su Palabra para refrescarnos,
Para vendar nuestras heridas,
Y restaurarnos con el gozo de Su salvación?

¿Ya que sabemos que Él vino para liberar los encadenados,
Y que donde está el Espíritu, hay libertad,
No romperá la esclavitud que nos impide experimentar
La plenitud de su bendita presencia?

¿Ya que sabemos que abundan Su gracia y misericordia,
No nos devolverá nuestro primer amor por El,
Poniendo nuestro pies en un sendero seguro?

Ya que sabemos que Él nos llama:
“Venid, ahora es el tiempo de la salvación”,
no responderemos con fe, confianza y obediencia,
siguiéndolo y entrando en el agua que fluye de Su trono,
no solamente hasta los tobillos, ni hasta las rodillas,
Pero sumergiéndonos sin reserva,
En el río de Su Espíritu,
Para que Él nos haga sanos y enteros?

Ya que sabemos que solamente los que toman del agua de la vida
Podrán compartir Su vida con otros,
Recordémonos de la mujer samaritana en el pozo de Sicar.
¿Tenemos sed? Entonces, acerquémonos y tomemos libremente
Del agua que no cuesta nada
 Y Él satisfará nuestra sed hasta que rebosemos,
Bendiciendo a todos los demás.
Para su honra y gloria.