Amor querido, musa preciosa
Tu ternura afluye sobre mi alma
Y me guarda tranquilo
En tu dulce abrazo.
Mi ser envuelto
De tí, mi bata aterciopelada,
Seda nacarada
Jarrón consagrado
Compartido en silencio.
Cárcel cerrada sin llave
Bajo el encanto de una noche
Media nublada, media luna
Agujeando con sus cuernas
El velo diáfano.
El velo diáfano.
Desafio al viento
Y la lluvia incessantes
En San Pablo, ciudad de ilusiones.
En San Pablo, ciudad de ilusiones.
He aquí, Vila Sonia, barrio de sueños
Despertados por la nostalgia
De un lejano canto de inquietud
Arrullando mi lasitud
Con acordes meláncolicos
Suspendidos por sus ritmos
Embajadores de benevolencia.
Llega la mañana floreada
De gloria escarlata extendida
Sobre la paleta amarrilleada
Por el astro indeciso
Anfitrión de bienvenida
En tu universo desconocido
A este viajero agotado.
Con todos sus mejores esfuerzos
El rei del dia no podía
Eclipsar tu mirada acojedora
Y tu porte noble e ingenuo
Invitándome a compartir el desayuno.
Jean-Louis.