Mi Lápiz en la Mano de Dios

Por Jean-Louis

Mi lápiz tiene dos puntas,
Una para escribir, la otra para borrar.
Frente a mis ojos, hay una página,
Virgen y blanca, todavía sin ninguna letra.
En el camino, hay que reflexionar
Para ver adonde uno va.


Ambas partes de mi lápiz se encuentran muy usadas,
La que escribe puede contar muchas historias.
La que borra no se recuerda de ellas.
Son opuestas, pero amigas.
La que borra el pasado
Cuenta con la otra para un nuevo futuro.


Por eso, pide la de atrás a la del frente,
“Cuidado mi amiga, de aquí en adelante,
Porque mi vida es más corta que la tuya.
¿Qué harás de tu pasado, con los errores tuyos
Cuando mi vida se acabará?
Cuando salga, tendrás que vivir con ellos”.


Oh, Dios mío, mi borrador es temporal,
El tuyo es eterno, mi Padre Celestial,
Gracias, porque por tu misericordia, tú me perdonas.
Con tu fidelidad, amor y verdad, mi vida tú guardas.
Enséñame a contar bien mis días, para adquirir un corazón sabio,
Uno tierno como el tuyo.


Guía lo que queda de mi lápiz con tu mano divina,
Escribiendo en esta página blanca,
Lo que ya tienes escrito desde antes,
Según tu plan eterno,
Y tu voluntad perfecta,
Para que no tenga que usar más,
La otra parte de mi lápiz
Y borrar los momentos dolorosos de mi memoria.


A partir de ahora en adelante,
Deseo usar el resto de mi lápiz para escribir
Lo que vas a cumplir sobre esta página blanca,
Maravillas reales y esplendorosas.
Mis sueños vacíos no más seguiré,
Ni el forjarme castillos en el aire,
Sino la realidad del presente, la esperanza que trae el futuro,
Pasado en tu presencia y a tu servicio.
Amén.




Jean-Louis.
El 24 de Julio 2004